jueves, 9 de febrero de 2012

Será solo un sueño del que al final despierto

Me duele tanto….intento arrancármelo, pero es tan intenso…ser positiva, lo intento, pero en lo más adentro no sirven los buenos pensamientos, los rezos, las plegarias, los lindos recuerdos…las lágrimas resbalan y me rinde el sueño, y entro en un camino largo y oscuro. Es un mal sueño…al que todos los días vuelvo, en el que las malas noticias caen en forma de grandes estruendos. Un sueño en capítulos, del que cada día creo que despierto, pero no es cierto.

 Cada puesta de sol es un lamento, porque pasa el tiempo, y no tengo reloj ni barita mágica que pueda detenerlo. Quiero congelar el cielo y gritarle a Dios que esto es un infierno, y que no veo razones para lo que está haciendo. No lo merecemos, y aunque todos digan lo mismo, yo tengo argumentos. ¿Por qué ocasiona esto? ¿No basta con su ejemplo? ¿Por qué predica una vida de grandes sufrimientos? ¿Quién quiere eso? De verdad que no lo entiendo.

 ¿Y cuando me despierto? ¿No era solo un sueño? Y vuelve a repetirse, pero… ¿se puede soñar despierto? ¿Cuando acaba esto? No encuentro la salida de este largo túnel negro, no quiero creer lo que estoy viviendo, no puede ser cierto, las buenas personas van viejitas al cielo, él no merece esto, un cambio tan austero, un bello mar abierto por un camino de espinos con puntas de veneno. ¿Quién decide eso? Quiero conocerlo y que me mire a los ojos y me explique cómo afrontar esto, porque sola yo no puedo. Quién te enseña a digerir tanto sufrimiento, se me viene abajo el cielo y no puedo con su peso.

 Al borde del precipicio, pero no nos caeremos. Y gritaré al universo: que quien quiere puede, y yo te quiero conmigo y no permitiré esto. No quiero vivir solo de bonitos recuerdos, quiero más que eso, necesito su presencia hasta el final de mis momentos, no pido nada pero que no me quiten eso.

Así es la vida, dicen algunos necios, y yo les digo: ¿le cedes tú el puesto? Pues calla y no hables sin fundamento. Y esto es solo el principio de este lánguido y tenebroso sueño. Noches frías, días encapotados, ¿dónde está ahora el sol que brillaba a mi lado?

Grandes ojos bellos, que cuando se ríe parecen dos luceros. Grandote y duro por fuera, gigante y sensible por dentro. No quiero perderte. Lo conseguiremos. Y más adelante juntos nos reiremos y estos malos momentos recordaremos como un sueño pasajero.

Porque esto es solo un sueño, y al final del camino, a tu lado me despierto.